Desde Chicago y su tercer trabajo, me tienen como bailando en un after al lado de Bobby Gillespie, viendo luces que se encienden y se apagan. Los hermanos Omiri, Cullen y Cameron, junto a Max Kakacek y Julien Ehrlich hacen que las cosas pasen como siempre pero distintas según quien las perciba.
Su primer trabajo Smith Westerns (2009), más rockero incluso garagero, suena buscando un lugar en el underground del rock, después llegó Dye It Blonde (2011) sigue en la estela rock, introduciéndose en la psicodelia y el Dream rock, con sonidos más dulces y sofisticados, encontrando una dirección a la cual seguir, y de momento el camino se llama Soft Will (2013).
Pasear un domingo de primavera al atardecer, con el sol de frente y la cabeza en otro planeta, sintiendo ese calor especial que te convierte todo en naranja. Estar en una terraza a las 7 de la mañana con un café viendo los camiones de reparto como hacen su trabajo y tu degustando tu café durante 25 minutos. Ir en tren y detener la mirada en la ventana para ver que las vistas pasan igual que la vida. Apoyar la espalda en una pared caliente por el sol de febrero y sentirte lagarto por unos segundos. Perder la mirada mientras ves a los niños jugando en la piscina municipal. Conducir con las ventanas abiertas en primavera y darte cuenta que el buen tiempo ya llegó. Sentir que la dirección por la que discurre tu vida, es la que deseas.
Todo ello es Soft Will de Smith Westerns, simplemente música confortable. Te hace sentir bien.
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